¡¡JODER, QUE AÑITO!!
09.03.21
Llegados a esta altura de la pandemia permítanos cualquier vulgaridad porque la paciencia se empieza a agotar y las fuerzas se debilitan. Los momentos en los que lo vemos todo negro superan a los que vemos asomarse un poco de luz y, por algún lado hay que explotar….
Hemos pasado meses de encierro guiados por el miedo y la incertidumbre donde la información nos indicaba que el final se resistía a llegar y las pequeñas mejoras que queríamos ver, no eran más que el deseo ilusorio de una nueva normalidad. Las cifras de muertos nos asustaban, la curva no se doblegaba y el miedo crecía. Cada vez conocíamos a más gente cercana que enfermaba y nos dejaba si poder ni siquiera despedirnos de ellos.
¿Y ahora qué? Pues ahora estamos igual, pero encerrados en nosotros mismos. Los muertos son los mismos pero las cifras han pasado a ser “normales”. Nos hemos relajado pero el enemigo sigue ahí.
Debemos hacernos a la nueva normalidad, pero se está haciendo muy tediosa. Necesitamos nuestra normalidad.
Queremos abrazar, besar y disfrutar, salir y entrar sin pautar mis movimientos. Queremos hablar y reír sin mascarilla mientras brindamos en los bares, aplaudir en los teatros y bailar y a cantar en los conciertos.
Queremos vivir contagiados de alegría y esperanza. Quejarnos de la rutina agotadora. Poner excusas absurdas para no vernos o, para vernos. Brindar por cualquier cosa. Pelearnos por cosas absurdas.
Elegir, disfrutar.
Seamos fuertes y responsables, ya queda poco. Teníamos que decirlo.
¡¡¡ Mucha fuerza !!!
3, 2, 1… Volvemos a ser felices.