CÓMO HIDRATAR LA PIEL GRASA
19.09.23

En el caso específico de las pieles grasas, al contrario que las pieles secas, no muestran de forma tan evidente los signos de deshidratación (sequedad, tirantez) puesto que la epidermis está cubierta por una capa de lípidos y hace que la piel parezca hidratada y qué erróneamente, creamos que no necesita la protección que le brinda una crema hidratante o humectante.
La piel grasa tiene una ventaja y es que los signos de la edad aparecen mucho más tarde y además, más atenuados que en las pieles secas, pero a cambio, es una piel que requiere bastantes más cuidados que no siempre son fáciles de identificar.
Granitos, poros dilatados, imperfecciones, exceso de sebo… los problemas más habituales de este tipo de pieles pueden generar una mayor confusión a la hora de cuidarla y mantenerla en forma en las distintas estaciones del año.
Una piel con exceso de sebo no tiene el aspecto que revele necesitar tanta hidratación y, al contrario, en este tipo de pieles esta es muy necesaria. La piel grasa se caracteriza porque se defiende a través del sebo, situado en la dermis y que responde a cualquier necesidad saliendo a la superficie, es decir, a la epidermis.
Esto provoca que, por ejemplo, ante la presencia de radicales libres, el sebo actúe como antioxidante, protegiendo la piel. Lo mismo ocurre con la hidratación. Ante la falta de esta, la piel grasa se defiende provocando más sebo.
Pero entonces, ¿dónde está el problema? En que, si la piel no está hidratada de forma constante, se defenderá produciendo sebo, pero el exceso de este, puede provocar (y habitualmente lo hace) una obstrucción de los poros que deriva en granitos, imperfecciones y mal estado de la piel en general.
Las pieles grasas necesitan, por lo tanto, estar permanentemente hidratadas para regular y controlar ese exceso de sebo. De esta forma estará protegida y no necesitará «defenderse» produciendo más grasa.
Los dos cuidados básicos de las pieles grasas son limpieza e hidratación.
Para la limpieza facial de este tipo de pieles existen numerosos productos, específicos y que al regular el aspecto «aceitoso» de la piel, son más fáciles de identificar.
Geles limpiadores con acción purificante, algunos exfoliantes, son algunos de los productos que nos ayudarán a eliminar impurezas provocadas por restos de maquillaje, contaminación y a la vez, de sustancias provocadas por la propia piel (pero que también puede obstruir los poros) como el sebo o el sudor.
Sin embargo, para asegurar la hidratación hay que recurrir a productos que tengan cierta calidad y traten correctamente la piel, la hidraten, pero eviten el exceso de brillos provocados por la piel de por sí.
Por último, otro de los productos que debemos elegir bien, son los protectores solares.
Mientras que la protección solar con un SPF alto debe ser imprescindible para este tipo de pieles (para evitar que las marcas de acné empeoren), hay que prestar atención y buscar protectores solares oil free (libes de aceites) y no comedogénicos que eviten la obstrucción de los poros o el exceso de sebo.